San Juan [Reseña nº 12]

San Juan es un juego para 2 a 4 personas, diseñado por Andreas Seyfarth y publicado por Rio Grande Games de una duración variable que ronda de 30 a 45 minutos.


San Juan es un juego de cartas de concepto similar a Puerto Rico, pero cuenta con mecánica propia e independiente y no intenta emular a su hermano mayor. Escalable en cualquier numero de jugadores, me gusta mucho para dos jugadores haciéndolo mas controlable, ya que como en Puerto Rico un jugador inexperto a tu derecha es un chollo. Incluso tiene una variante no oficial (creo) en solitario la cual no he probado.



En San Juan no hay colonos, ni envío de mercancías, los bienes de producción son cartas y el comercio no se puede bloquear, pero usa la misma mecánica de selección de roles. Los puntos de victoria se obtienen principalmente por la construcción de los edificios, aunque hay edificios que dan puntos extras al final del juego. Acaba cuando algun jugador construye su doceava edificación.

El tema en San Juan es la construcción de la capital de Puerto Rico. Con las carta construiremos diferentes edificaciones que otorgan puntos de victoria, además cada una de ellas tienen una función especial. Produciremos bienes para venderemos, obtener oro y con el oro construir. Vamos, una gestión de recursos clásica de toda la vida. Diseñar una buena combinación de edificios en base los privilegios que otorgan, es la clave del juego. 

El juego tiene un curioso equilibrio. Por una parte el sorteo inicial de tu mano. Al tener una mano inicial azarosa, y no todos los jugadores la misma, no te permite tener una estrategia de inicial preestablecida. Tampoco podemos seguir una única estrategia a lo largo de la partida, ya que las cartas suben, bajan y se descartan a toda velocidad, por lo que es muy táctico al estar limitado la construcción de edificios en función de las cartas en mano. 

Una vez construidos los primeros edificios y en base a sus características especiales, marcamos la  estrategia de la partida, y se empiezas a planificar la manera de explotar al máximo tu combo de edificaciones. 

El factor de suerte es medio/alto al tratarse de un juego de cartas donde los jugadores roban de un mazo al azar. Sin embargo, creo que esto no desvirtúa el juego, de hecho, lo hace más interesante. Parte de la diversión del juego es tratar de encontrar/buscar la mejor combinación de edificios y para ello hay roles que te permite buscar en el mazo. Robar cartas añade variedad e incertidumbre, haciendo la partida  imprevisible. Por lo tanto, los jugadores deben modificar o moldear su estrategia preestablecida constantemente, en función de a la mano que les toque en gracia. La suerte también aparece en la cotización de venta de mercancías.

La interacción entre jugadores es baja/nula, apenas hay cruce de acciones, cada uno está a lo suyo en el mas estilo Sudoku. Tiene una rejugabilidad es media/alta debido a la naturaleza y variedad de los edificios y varios caminos en la obtención muchos Puntos de Victoria.

De dificultad media, no es un juego complicado, pero no trivial.  De reglas fáciles pero no simples, las estrategias son claras pero no evidentes. El análisis-parálisis no es desesperante al no tener muchas decisiones complejas que tomar. No apto para todos los público, para jugones es ligero. Juego perfecto para dar el salto cualitativo y pasar de un nivel de complejidad familiar a jugón de más injundia y mantenerlos dentro. Como juego para matar el rato o por su magnifica potabilidad, tiene su nicho. 



La selección de roles y la variedad de edificios, y un mecanismo que funciona muy bien, crean un dinamismo que hace que funcione sin problemas y presenta un constante desafío. 

Me gusta, es un juego sólido, aunque no es un gran juego. Sólo un buen juego de cartas, que no es poco.

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Los comentarios en la BSK.

A continuación una vídeo reseña de Mario Aguila donde explica el juego perfectamente.